Darwin

Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.

viernes, 14 de abril de 2017

¿Educación para el siglo XXI?

Llevo más de doce años en esta profesión y evidentemente, aunque me siento joven y con mucho que aprender de otros, tengo ya claras algunas cosas, sobre todo porque la sociedad, a pesar de evolucionar en algunos aspectos, en otros sigue siendo tal y como era antaño.

Hoy en día, por suerte o desgracia, la educación está de moda. Que algo esté de moda es positivo, porque por una parte, permite llevar a la reflexión algunas prácticas que podrían estar anticuadas y además, las opiniones de todos son válidas y a partir de ellas siempre se puede llegar a conclusiones más fiables.

Uno de los problemas que tienen las modas, es el hecho de que todas quieren llegar al consumidor, y por tanto, lo que al final pretenden es vender un producto, analizar si es bueno, malo o regular es otra cuestión, pero lo que es obvio es que al final, de la tarta todos quieren sacar partido tomando con o sin permiso su ración de pastel.



En el siguiente artículo no pretendo montar o desmontar nada, solo pretendo llevar a la reflexión algunos aspectos que actualmente estamos escuchando todos, docentes, familias, alumnos y por supuesto, el resto de la sociedad. Nombraré algunas de las ideas que forman parte de nuestro entorno actualmente, en conferencias educativas, medios de comunicación o libros procedentes del mundo de la empresa y "adaptados" al ámbito educativo. 

Cada uno, a partir de ahí, que piense lo que quiera. Finalmente, haré una breve conclusión aportando mi experiencia personal.

1º "La escuela debería ser un lugar donde se aprendan y pongan en práctica conocimientos útiles para el día a día".
Uno de los mayores debates que llevo escuchando tiempo es qué conocimientos, asignaturas y  competencias son las adecuadas para una correcta formación del alumnado. Si le preguntamos a un cocinero nos dirá que cocinar es importante y que podría ser una asignatura, lo mismo hará un jardinero, un físico, un químico, un escultor, un licenciado en INEF, etc.  Todo podría formar parte del saber de un alumno. En mi caso pienso que, todos los saberes son igual de prescindibles que imprescindibles, pero la cuestión es:  ¿qué saberes prácticos podemos aprender fuera de la escuela de una forma experiencial y acompañados de los demás, familia, amigos y sociedad? y ¿qué saberes son técnicos , ilustrados, profundos y generadores de verdadero espíritu crítico  que deberíamos aprender realmente en la escuela? A mi muchos de los conocimientos útiles del día a día los aprendí fuera del colegio, en la calle, en la montaña, en campamentos, con mis padres y abuelos, en la plaza del pueblo ...

2º "Hay que preparar a los alumnos a lo que verdaderamente están demandando las empresas del siglo XXI". 
¿Y qué demandan las empresas del siglo XXI?, conocimientos en economía, trabajo en equipo, idiomas, inteligencia emocional, creatividad, coaching, desarrollo personal, gestión de tiempo, resiliencia, etc... Podríamos seguir la eterna lista  y me preguntó: ¿si tenemos que enseñar todas esas cosas, dónde queda el conocimiento o saber ilustrado que pueda trasmitir el profesor al alumno¿ ¿dónde queda la puntualidad, la organización personal, el esfuerzo, la constancia, el estudio? y todas esas cosas, que han llevado a muchos de nuestros empresarios  y científicos más exitosos a llegar donde están hoy en día. 
No dudo de que lo primero hay que tenerlo también  en el punto de mira, es decir, no perder de vista nunca el mundo donde vivimos, pero la escuela, en nuestra primera etapa de nuestras vidas, nos puede aportar algo único que a posteriori, sí que es más difícil por uno mismo de adquirir a partir de cierta edad.

3º "Hoy el profesor debe ser un mediador y el alumno es el verdadero protagonista del proceso de aprendizaje".
No pongo en duda de que la información, el conocimiento y el saber tiene tendencia al infinito (ejemplo: BigData) , ningún docente por muy preparado que esté podrá transmitir por medio de una lección magistral todo el saber que está disponible en internet o en las bibliotecas con textos de papel.
Hay que enseñar a los alumnos a seleccionar, buscar información, hacerles sentir partícipes de su proceso de aprendizaje, por supuesto, pero a mi juicio, nada es más enriquecedor que alguien, que sabe más que tú a  nivel global de una temática, que criba, selecciona la información y prepara una clase para ti con toda la profesionalidad del mundo. 
Eso tiene un valor infinito, porque esa clase bien dada, puede ser catalizadora de unas ganas increíbles, mediante las cuales un alumno desarrolle una vocación académica o profesional. Tener buenos docentes que preparan, saben y comunican, siguen estudiando y leyendo bien, es garantía de adquisición de un saber culto, que muy pocos textos en la red nos van a dar.
El docente tiene que generar en el alumno ganas y ganas de incrementar su conocimiento intelectual, porque del conocimiento, del trabajo personal y profundización  surge el espíritu crítico y no al revés. 

4º "Hoy el aprendizaje es gamificado, divertido, creativo y motivador para los alumnos".
Tratar de que todo lo que se genera en el aula sea agradable, motivador y creativo es un sueño utópico al que todos los docentes deberíamos de aspirar.
Me pregunto: ¿a todos los alumnos les motiva lo mismo?, ¿a todos les gusta aprender de la misma manera?, ¿aprendemos los adultos y trabajamos siempre  jugando? ¿es divertido, motivador y creativo todo lo que se realiza en cada una de las profesiones que existen en el planeta tierra?.
Si le preguntáramos  a Rafa Nadal o cualquier deportista que ha alcanzado el éxito, si cuando pega 1000 veces es mismo golpe de revés para perfeccionarlo acaba siendo divertido, ¿qué crees que nos contestaría?

Para ir finalizando, gracias a Dios todo evoluciona, cambia, progresa y permite que actualmente, podamos hacer cosas en el aula que hace años eran muy complicadas, pero no olvidemos lo siguiente: generar un entorno "burbuja" donde nuestros alumnos e hijos piensen que todo o casi todo es favorable, se acompañe de ocio y creatividad puede generar un efecto contrario: dejar en segundo lugar valores clásicos , que a mi modo de ver siguen siendo más necesarios que nunca y en segundo lugar, hacer creer, sin quererlo, a nuestros alumnos e hijos que la sociedad y sus profesiones gozarán de todas esas características. Por lo tanto, recomiendo avanzar y adaptarse al presente y futuro inmediato, pero no olvidar aspectos imprescindibles de aula aunque formen parte de un pasado no tan lejano.

En el siguiente artículo adjunto se profundiza más en este fenómeno, recomiendo su lectura para una posterior reflexión personal.






lunes, 25 de julio de 2016

¿Por qué no son totalmente autónomos nuestros estudiantes preuniversitarios?

Os añado un enlace sobre un artículo sobre un fenómeno nuevo, "La hiperpaternidad",  que ha llamado mucho mi atención pero que es una evidencia de los cambios que vive la sociedad actual.


Doy clase en bachillerato desde hace  11 años y he sido tutor de 1º de bachiller durante 8 años y son numerosos los cambios en los alumnos y familias que me han llamado la atención. Cada 3 o 4 años se produce un gran cambio, al que muchas veces no acabo de comprender, pero es debido a lo rápido que evoluciona nuestra sociedad y a la cantidad de cosas que las personas hacemos de forma inconsciente debido a esos cambios sociales.

Los grandes problemas de nuestros alumnos y familias con respecto a los estudios y vida escolar han cambiado muy poco, de hecho son muy clásicos, pero sí lo ha hecho dramáticamente la forma de afrontarlos por parte de todos.

Hoy en día se habla de la importancia de que los alumnos sean autónomos. Autonomía, otra palabra de moda como innovación, competencia, inteligencias, etc que a base de repetirlas en cualquier contexto acaban perdiendo su verdadero valor. La autonomía hace referencia a la capacidad de valerse por sí mismo para hacer tareas propias de la vida cotidiana.

Los profesores hacemos un esfuerzo por que los alumnos sean autónomos. Han aumentado el valor de las calificaciones de los trabajos en equipo, la posibilidad de que los alumnos desarrollen actividades que elijan ellos mismos y que sean de su agrado, la posibilidad de trabajo en el aula para adelantar sus tareas en clase y tener la posibilidad de aprovechar el tiempo fuera del colegio, la opción de elegir lo que más les guste entre las numerosas actividades escolares de tipo formal o no formal....

Todo ello bien guiado, y teniendo en cuenta que los alumnos de los que voy a hablar son de bachiller,  el sentido común nos diría que las numerosas posibilidades que la escuela ofrece van a ser aprovechadas por ellos y les van a ayudar a conseguir sus objetivos personales y académicos, pero el fenómeno que yo observo es inversamente proporcional a lo expuesto en las líneas anteriores.

Me encuentro en muchas ocasiones con lo siguiente: alumnos que no son capaces por sí mismos de hacerse un horario de trabajo, que no organizan su tiempo ( ni se lo platean , ni consideran que es relevante...), que no tienen ningún objetivo global a principio de curso, que no establecen relación con sus profesores para conocer sus necesidades de mejora, que no aprovechan al 100% los recursos que les ofrece el colegio y la sociedad, que no toman ninguna nota en clase, ni sacan el libro, que no saben por qué han elegido estudiar, etc. No quiero que parezca que estoy resaltando lo negativo de mis alumnos, ni mucho menos, tienen habilidades increíbles que nos sorprenden cada dí,a pero estas citadas anteriormente también son una realidad, aunque no nos guste oírlas.



Siguiendo con el mismo tema, los estudiantes de educación preuniversitaria tienen unas familias excepcionales que se preocupan por sus hijos y su devenir en la escuela, pero aquí está la cuestión. En la sociedad hiperperfeccionista en la que vivimos no se concibe el error y el "fracaso" como algo habitual y normal sino como una tragedia. Muchas de las familias no llegan a comprender que el estudio y el éxito académico requiere de un proceso, que no es igual en sus hijos que en los hijos de los demás. Hace años repetir COU era algo habitual para muchos alumnos y sus familias, incluso positivo de cara a reforzar conocimientos no adquiridos y básicos para la Universidad, hoy en día casi no se concibe por nadie. Las frases "estrella" más habituales que he oído y oigo algunos padres habitualmente son las siguientes.

1- "Hemos trabajado mucho en este proyecto"
2- "Metemos muchas horas todas las tardes haciendo problemas de matemáticas y de física".
3- "Nos hemos estudiado y revisado toda la asignatura, no entiendo que ha pasado...".
4- "Ahora mismo cuando lleguemos a casa hacemos o te hago un horario..."
5- "Todavía no tenemos claro qué vamos a estudiar en la Universidad".

Las frases anteriores no son una broma, son fruto de la excesiva preocupación e implicación de los padres con sus hijos. Hoy en día oigo a muchos amigos con lo que hablo decir: "Es que los padres no están con sus hijos tanto tiempo", yo les digo que todo lo contrario: les preguntan a sus hijos más de lo que parece, tomando decisiones en común y  les organizan la agenda de una forma casi ejecutiva. ¿Qué consecuencias tiene esto?: muy sencillo, que los estudiantes sean chavales estupendos pero que dependan en gran medida de la tutela paternal para casi todo ( ir a revisar un examen, hablar con el profesor, visitar administración del colegio, apuntarse a una excursión ...). 

Y ahora que yo soy padre lo entiendo, el vínculo afectivo a nuestros hijos es tremendo, pero voy a trabajar por no caer en el mismo error. No pasa nada por no hacer derivadas, comentarios de texto, exámenes, trabajos de tecnología con nuestros hijos. recordad, LOS TIENEN QUE HACER ELLOS y podemos ayudar puntualmente a algo concreto en lo que tengan mucha dificultad. 

Mi madre ha sido un ama de casa que a partir de una determinada edad no me podía explicar ciertas cosas, pero la clave es que no estaba encima, simplemente estaba cerca, pendiente de un mal día o de un bajón para aconsejar, ayudar a reconducir el camino o establecer unas pautas muy sencillas donde el responsable de ejecutar determinadas acciones fuera yo, no ella ni mi padre. 
Para mí es un buen ejemplo. Los padres de antaño  estaban menos "formados académicamente" pero las directrices eran más sencillas y claras y tenían un punto a favor, que la sociedad era mucho menos compleja que la de hoy en día.

En el término medio esta la virtud. Últimamente ya son varios casos de familias que acompañan a hijos a revisiones de exámenes universitarios, si seguimos así habrá un día que lo harán al primer día de prácticas  de sus hijos para charlar amigablemente con el gerente o a las entrevistas de trabajo, para asegurarse que las condiciones que les ofrece el empresario son las idóneas. Tengo pánico por cometer el mismo error, tenemos que trabajar todos por una verdadera autonomía de nuestros jóvenes. 

¡ Cerca, pero no encima, esa  es la clave!

miércoles, 13 de julio de 2016

¿Cero talento?

Hoy en día parece que los grandes logros se consiguen con esfuerzo pero también con talento. Siempre aparece esta palabra, la del talento, es muy común hablar de ella, sobretodo pensando en algunas personas. todos nos creemos con derecho a opinar y creemos saber cuando alguien tiene o no tiene talento para algo, incluso aunque no seamos conocedores de esa disciplina o ese tema (talento para bailar, el fútbol, para tocar el violín, etc).



Según la RAE el talento se equipara a inteligencia y aptitud. la definición asociada es la de persona inteligente o apta para el desempeño de algo.Es decir , el talento depende de la inteligencia y de la aptitud. Si las inteligencias hoy ya sabemos que son múltiples y las aptitudes tienen que ver con las capacidades y disposiciones para el buen desempeño, teniendo en cuenta que ambos se pueden trabajar y mejorar, se llega a la conclusión de que el talento para una persona en algo no es estático, sino que puede cambiar con el tiempo.

En la imagen superior, una de esas que circulan por la red, aparecen 10 aspectos para los cuáles  se requiere "cero" talento (no estoy de acuerdo), ya que si esos aspectos se trabajan durante un tiempo en un alumno o docente para su desempeño, si midiéramos posteriormente los resultados veríamos que el talento se habría potenciado. Vamos describir los items a modo de ejemplo en el aula.

1)Ser puntual. hoy no está de moda, parece que se pone una reunión a las 17h y es "normal" que poco a poco se incorpore la gente, se da por hecho que lo habitual es comenzar algo unos minutos más tarde. El hecho de que un alumno sea puntual es sinónimo de disciplina, organización, fuerza de voluntad, memoria y respeto al docente que va a comenzar la clase. Si nosotros como docentes no lo somos, los alumnos no lo tratarán como un valor diferencial y por ello no lo valorarán como algo importante para su desempeño laboral. Es necesario, en la medida adecuada, felicitar por la puntualidad.

2) Ética laboral. en este caso ética dentro y fuera del aula. Nosotros como docentes somos referentes, no de lo que decimos sino de lo que hacemos. de nada servirán grandes discursos con pobres acciones. Un alumno es ético cuando no copia, cuando ayuda a sus compañeros, cuando favorece el desarrollo de la clase, cuando participa en un trabajo grupal de forma activa, cuando no miente por un incidente, etc.

3) Esforzarse. Es complicado a veces medir el esfuerzo tanto dentro o fuera del aula, pero es de necesario obligatoriedad buscar indicadores de ello. La entrega de actividades, la mejora del discurso, la realización de esquemas, la atención continua, la limpieza de las tareas, etc son indicadores del esfuerzo. Si le damos de palabra un gran valor pero no así ese esfuerzo contribuye a resultados académicos los alumnos pensaran que no merece la pena esforzarse y buscaran estrategias del mínimo esfuerzo para conseguir resultados parecidos.

4) Lenguaje corporal. Cuando explicamos en el aula el lenguaje corporal de nuestros alumnos es clave. Cómo se sientan, nos miran, intervienen, copian , preguntan, se dirigen a nosotros, etc. ¿Pero nosotros como docentes lo cuidamos?. ¿La comunicación no verbal la trabajamos?. Sería bueno que los docentes fuéramos conscientes de ello. La excesiva agresividad o por el contrario timidez, el tono de voz, el cómo estamos sentados, cómo nos paseamos, hablamos, gesticulamos, etc es analizado por los estudiantes. Nuestra dejadez puntual se traslada a ellos de forma inmediata.

5) Energía. Hay alumnos que transmiten energía en lo que hacen, sinónimo de entusiasmo, buen descanso, vitalidad, motivación,etc. Nosotros como docentes tenemos que valorarlo pero es muy importante en caso de que nuestros alumnos no transmitan esa energía analizar las causas. Hablar con ellos a modo de tutoría informal, preguntarles si descansan, si les gusta lo que estudian y si les va bien socialmente o con sus familias nos puede llevar a una respuesta a la hora de valorar ese impulso vital. Nosotros tenemos que ser enérgicos, por lo tanto, hacer esa autoevaluación propia también nos vendrá bien para mejorar este aspecto.

6) Buena actitud. A veces los docentes confundimos las cosas. Pensamos que si un alumno no hace todo lo que le pedimos no tiene buena actitud. Hay que valorar las alternativas que ellos proponen. A veces, los alumnos no han desarrollado todas tareas que tenían que realizar y en lugar de excusas me han dado soluciones alternativas. ejemplo: En un trabajo de biología se pedía a los alumnos que buscaran noticias de prensa y las comentaran en la exposición en clase, uno de los grupos de trabajo no realizó esta parte pero en cambio realizó una entrevista a un profesional, grabada y comentada, ¿no es eso una buena actitud?... Otras veces son los alumnos los que "desprecian" de forma continua nuestras alternativas, eso si sería sinónimo de mala actitud y un indicador de sus posibles futuras reacciones ante un compañero o supervisor en el mundo laboral.

7) Pasión. Este aspecto es más complicado. No todos los alumnos sienten la misma pasión por todas las asignaturas, lo habitual es que lo hagan por alguna de ellas. Es clave tener pasión nosotros en nuestro trabajo para contagiar pero también hablar con el resto de profesores o tutor para conocer la verdadera pasión o inquietudes de nuestros alumnos. ejemplo: La pasión artística de un alumno se puede equiparar en la asignatura de biología a que sea el responsable de realizar el póster anunciador de una actividad de la materia.

8) Aceptar que te enseñen. Es el aspecto más delicado hoy en día. No está de moda la lección magistral, pero yo la defiendo. Siempre le digo a los alumnos que tienen la suerte de aprender si escuchan a una persona que tiene un bagaje formativo y experiencia profesional. A veces los alumnos no nos valoran lo suficiente por que piensan que nuestros conocimientos no son aplicables o que se pueden encontrar en cualquier sitio. hay que educar en dos cosas: la primera, enseñar a que te escuchen, así ellos también escucharán en el futuro a sus compañeros de trabajo pero también hay que aprender como docentes a escucharles y  tomar ideas de ellos. Son grandes catalizadores y a veces consiguen que hagamos las cosas de forma diferente y mejoremos como profesores. la mejor escuela de un profesor son sus alumnos.

9) Hacer un poco más. Más cantidad no es sinónimo de más calidad, pero hacer un poco más dice mucho de la persona y diferencia unos alumnos de otros. En una clase de 25 alumnos los 2 o 3 alumnos que hacen un sobreesfuerzo dan un pequeño valor añadido a su trabajo diario quedan en la retina del docente. Es un valor muy diferenciados, tanto en alumnos, como en compañeros de profesión.

10) Estar preparado. Siempre les pregunto a mis alumnos por la mañana antes de empezar. ¿Habéis leído el tema ya? ¿tenéis todo preparado en la mesa? ¿os habéis informado? ¿habéis hablado con otros compañeros de años anteriores y os han asesorado sobre los aspectos clave de una asignatura?... Adelantarse un poquito a lo que puede o va a ocurrir es sinónimo de ser estratégico, planificador y organizado.Si haces una excursión al campo en ciencias naturales para estudiar un ecosistema ¿hace falta qué te digan que consultes la información meteorológica? ¿o qué lleves algo para tomar notas o fotografiar?.

Después de leer estos diez items , ¿estás seguro que alguien es "bueno" en todo esto ... ¿de verdad no tiene talento?. Todas los aspectos que trabajes potenciaran tu talento como alumno o docente. ¡Ánimo, y haz tus propósitos!



jueves, 31 de marzo de 2016

¿Jefe o líder de aula?

Como ya hemos visto y comprobado en reiteradas ocasiones, el aula o lo que ocurre en el hogar de una familia es un reflejo de los cambios sociales. Sabéis que es costumbre que haga una analogía entre la evolución lógica en el mundo de la empresa y la evolución de aula. Suele ocurrir que, sin mala intención, el aula y las escuelas y Universidades vayan a un ritmo más lento que los cambios tecnológicos y metodológicos que tienen lugar en las propias empresas. 

El lugar escolar  más cercano a la empresa a nivel motivacional y de entusiasmo que conozco son las aulas de preinfantil e infantil. Liderazgo bien entendido, gamificación, cerebros en expansión y mentes que crean a raíz de nuevas necesidades de los niños son los catalizadores perfectos para este exquisito "cocktail" de aprendizaje.

Es por ello, que hoy me voy a detener en una de esas bonitas habilidades que poseen los profesores de las etapas más tempranas de la vida, el liderazgo. El pasado lunes día 28 de marzo fui invitado a la guardería de mi hija a explicar a los niños de dos y tres años en que consistía mi trabajo. No era tarea fácil, tampoco lo era la de una compañera que explicaba finanzas y la de otro padre que trabajaba en una autoescuela. Esa situación me llevó a discurrir y fueron mis alumnos de 2º de ESO los que al construir un volcán para un trabajo de geología me dieron la idea. La ciencia hay que tocarla, sentirla y vivirla,y eso hicimos, simulación de un volcán. A los niños les encantó, pero lo que más me sorprendió es que al día siguiente fueron los propios niños junto a su profesora los que construyeron con un botellin de agua, colorante e imaginación un volcán. También dibujaron otro cuya lava era representada por un ovillo de lana de color rojo pegado a un papel y un dibujo.  

Otra madre explicó las finanzas utilizando monedas de chocolate y comprando y vendiendo los ingredientes que yo utilicé para el experimento del volcán, esas monedas de chocolate fueron utilizadas como suculenta recompensa infantil al final de la explicación. Y para rematar, ayer por la tarde mi hija trajo colgada del cuello una L de novata, ya que el padre profesor de autoescuela les había "examinado" de conducir a los niños  utilizando conos y motos infantiles,además de un carnet de conducir realizado por ellos.

Toda la actividad dirigida con palabras positivas, mensajes optimistas y frases cortas y claras que miraban a los ojos de los niños. Es por ello que cada día es mayor mi admiración hacia estos profesionales y el difícil liderazgo que desarrollan en sus aulas. Si somos capaces, teniendo en cuenta matices diferenciadores, de extrapolar dicha metodología, espacios y organización de centro al mundo de la secundaria y el bachiller, todo bien gestionado, el éxito estaría asegurado.Es por ello que desarrollaré siete puntos donde el paradigma de la dirección de aula y liderazgo tiene que cambiar, en caso contrario, aunque sea incómodo oírlo estamos destinados al un lento y  paulatino fracaso.


  • Aconsejamos y guiamos: Está claro que en pautas de conducta tenemos que mandar nosotros, la autoridad y experiencia acumulada hace que lo podamos y debamos hacer, pero el mando continuo deja de tener efecto.Los adolescentes no siempre  valoran la autoridad por el volumen de voz y presión para hacer las cosas.Ejemplo: Alumno suspende un examen con un 4 y le reprochamos que no ha trabajado lo suficiente y no hace los ejercicios. Si es perozoso de naturaleza es difícil que nuestra dura reprimenda le haga cambiar pero si le aconsejamos con claridad, cercanía y buen talante el tipo de ejercicios y de acciones que debería reforzar es más fácil que haga un poquito. Concretar y no perderse en discursos es clave en el éxito.
  • Inspiramos entusiasmo: si a un alumno no le gustan las matemáticas es complicado que utilizando "2001 metodologías" consigas transformarlo. No pongas la energía en el alumno, ponla en ti mismo. El entusiasmo propio no siempre contagia pero es la única forma de llegar a contagiar. Ejemplo: Johan Cruyff , entrenador fallecido por el cáncer recientemente, tenía grandes conocimientos futbolísticos y una filosofía de juego. Le entusiasmaba la idea de juego ofensivo, es decir, el fútbol abierto y muy arriesgado. En entrevistas a exjugadores que entrenó Cruyff, estos decían, que al principio no creían en las ideas y filosofía del entrenador, pero que él estaba tan convencido y emocionado con lo que hacía, que casi sin darse cuenta y con el paso del tiempo se impregnaron de estas ideas y las aplicaron al juego consiguiendo éxitos inimaginables en una época que dominaba el fútbol defensivo.
  • Decimos Nosotros: todos mostramos una barrera natural con nuestros alumnos para que ellos nos respeten y sepan diferenciar quién es el alumno y el profesor. En muchas ocasiones abusamos de la palabra YO, otras utilizamos el VOSOTROS y ¿cuantas el NOSOTROS?. ejemplo: finaliza una evaluación y les decimos lo que tienen que hacer, hacemos crítica de clase, del funcionamiento y les hablamos claramente de sus áreas de mejora. ¿Nos atrevemos a exponer públicamente las nuestras?. Ejemplo: Llama la atención que, cuando lo he hecho y he comentado mi propuesta de cambio, la alegría y atención de los alumnos. Alguna vez les he dicho: La evaluación que viene tenemos que intentar que haya más silencio durante la explicación,  yo también intentaré dejar unos días de repaso y procuraré daros más sesiones de clase para los trabajos, ya sé que ha sido un poco agobiante...Nosotros incluye a alumnos, profesores, familias....
  • Nuestro Colegio: hay que recordar al alumno que su empresa es su colegio, pero también el nuestro, de los profesores. Nuestro Colegio ha conseguido tal logro, los alumnos de otro curso están de excursión y vosotros iréis el año que viene, tal profesor de nuestro Colegio está en una formación  para potenciar la interioridad o mindfullness y cuando vuelva lo aplicaremos en el aula. Si reforzamos la idea de equipo, de que el Colegio donde ellos vienen cada día es su segundo hogar se sentirán pertenecientes al Proyecto. Otra forma es dándoles cancha para organizar actividades que son propias del Centro Educativo. En nuestro caso son numerosas las actividades relacionadas con Valores donde son los alumnos los coordinadores  y ejecutores de la actividad.
  • Nos preocupamos por las personas: los contenidos y el conocimiento son importantes y hay que impartirlos y aprenderlos pero son numerosas las situaciones que a nivel humano tienen lugar en un aula escolar. Preguntar por la familia, dar el pésame a un alumno si ha fallecido un familiar cercano, preguntarle si se encuentra ya mejor después de un proceso gripal no es un entrometimiento en sus vidas, es señal de humanidad y sensibilidad. A las personas las ganamos por el trato humano.
  • Comparte éxitos:  Como profesores muchas veces nos tienta presumir ante los alumnos de éxitos (he conseguido esto, tengo esta formación, llevo ya muchos años dando clase...). Los éxitos profesionales, personales se deben compartir con quienes trabajamos con el fin de dar valor que potencie el talento del grupo.Ejemplo: Hace unos veranos obtuve la titulación B2 de Inglés, 6º de la Escuela de idiomas. Se lo comenté a los alumnos y no les llamó la atención pero cuando les dije que había estudiado inglés por las tardes durante un año, que iba a clase, que había suspendido el primer intento y el 2º lo conseguí superar , que es importante estudiar idiomas  para el trabajo y que el estudio debe acompañarnos toda la vida...  empatizaron conmigo, me preguntaron y lo tomaron de ejemplo para sus vidas. También hay que compartir los éxitos de los compañeros de clase, del Colegio, del resto de profesores. Vuelve la misma idea , reforzar el talento, los logros creando proyecto y pertenencia global.
  • Tenemos un equipo de trabajo y compatimos el trabajo: esta es la parte más compleja. Nos gusta liderar a nuestra manera. Crear nuestras actividades, innovaciones y cerrar la puerta de clase donde acabamos sintiéndonos importantes. Después de "presumir" y de hacer trabajar cooperativamente a nuestros alumnos podríamos preguntarnos ¿lo hacemos nosotros?. ¿Sentimos que formamos parte de un Colegio y equipo de profesores con objetivos comunes o vamos por libre?. ¿Gestionan bien los Centros educativos  las reuniones y trabajo entre iguales?. A mi modo de ver esta es una asignatura pendiente de la educación. Muchas horas lectivas de clase y pocas para crear, compartir y aprender de los compañeros y afianzar equipos. En este caso hay que tener buena disposición pero el sistema no ayuda. Ejemplo: en las reuniones de departamento es un buen momento, tomando un café y programando actividades comunes, sentándonos a poner un examen juntos... hay muchas maneras de afianzar y reforzar equipo. Fomentar  actividades de ocio y deporte conjunto entre profesores es también una buena idea para reforzar equipos.

Es por ello, que la visita al Centro infantil me inspiró para escribir este artículo. No hay notas académicas, solo competencias y habilidades que mejorar. Mucho juego. Trabajo en equipo y niños que se potencian entre ellos. Imaginación y creatividad para enseñar. Diseño y manualidad para aprender. Y todo ello liderado por un profesor, como los mayores, pero dos mundos cercanos y alejados al mismo tiempo.










viernes, 29 de enero de 2016

¿Cómo potenciar el talento de los estudiantes?

Estimados lectores, a raíz de una imagen que me ha servido de inspiración, he pensado en redactar un claro y sencillo artículo en relación al talento y cómo potenciarlo dentro del aula.

Aunque la imagen está relacionada con la retención del talento dentro de la empresa, y el artículo podría haber sido enfocado hacia la retención del talento dentro de los Centros de formación y educativos, me ha parecido más enriquecedor para el profesorado dar una visión de qué es clave en la educación del siglo XXI para desarrollar al máximo las virtudes de los alumnos.

Así que,si sois profesores os puede hacer reflexionar, pero si sois alumnos podéis también utilizarlo para sugerir a vuestros formadores o profesores que tengan estos aspectos en cuenta.



Según la RAE, el talento se define a nivel de aptitud como la capacidad para el desempeño de algo. Nuestros hijos o alumnos poseen numerosos talentos, algunos de ellos la familia, la escuela o el entorno que creemos les permiten desarrollarlos, pero si que es cierto que muchos de los contenidos o metodologías que utilizamos no llegan a motivar a los alumnos por que no surgen del interés de ellos.

Teniendo en cuenta que nuestros alumnos serán trabajadores del mañana y tendrán que poner en práctica los estudiado y aprendido en la escuela hay sencillas acciones que nos ayudan a mantener su interés constante e incluso potenciarlo.Veamos cómo hacerlo.

1- "Pagar bien": Vamos a suponer qué nos percatamos que un grupo de alumnos son buenos, habilidosos y capaces de editar vídeos. Les proponemos hacer un vídeo de unos minutos de duración donde pueden concienciar al resto de estudiantes de los riesgos que tiene el tabaco para la salud. A priori motivante, ¿no?... Pues deja de serlo cuando no tiene ningún valor material. Una cosa es aprovechar los talentos de los alumnos para que sean creativos e innovadores y la otra es no dar valor material a lo que hacen. Bonifica, bonifica, bonifica.He sido claro , ¿no?. Dos opciones: o forma parte de la nota la tarea encomendada o suma puntuación por ser algo extra. Lo que no le damos valor nosotros ellos no se lo acabarán dando. Lo harán una vez, dos o tres , pero a la cuarta se darán cuenta que otros compañeros con menos esfuerzo consiguen mejores resultados. El dinero en los adultos, es en los alumnos una bonificación en forma de calificación que les permita aspirar a una beca, subir la nota para selectividad o ver de forma tácita su trabajo recompensado.

2- Reconocimiento: ya hemos visto en el caso anterior que dar una valoración cuantitativa es necesario pero no es suficiente. Las personas necesitamos sentirnos escuchadas, que nos den "una palmadita en la espalda" , una felicitación pública o un comentario positivo delante de las familias.Abusar de esa cortesía acaba perdiendo valor. Otra forma de reconocer es ofrecerle al alumno por su esfuerzo e interés actividades fuera del aula de las que pueda disfrutar. ejemplo: en la asignatura que imparto de biología siempre que hay algo de interés en la ciudad (concursos, conferencias, exposiciones en museos etc....) lo comento entre los estudiantes más interesados y cuando mi vida personal me lo permite los acompaño y aprovecho para reforzar los lazos profesor-alumno.Son gestos que los alumnos van a acabar  valorando.

3- Ambiente de trabajo: el aula de los alumnos es simbólicamente idéntica a  la oficina de los adultos en la empresa. Lamentablemente, a veces ese aula dura 10 meses y si las condiciones de grupo no son las idóneas no es una alternativa esperar a que los problemas se solucionen por sí mismos. Si el grupo es colaborador y el ambiente es bueno hay poco que hacer pero en caso contrario es mejor dedicar tiempo a establecer alguna dinámica, diseño de clase adecuado, poner a los alumnos  más colaboradores con los menos y buscar formas potenciar la convivencia antes que centrarse en el trabajo y en los contenidos.Cuando el ambiente es parado, potenciar el diálogo rompiendo el hielo , o generar actividades de debate van llevando progresivamente a que el grupo se conozca más y mejore progresivamente. No es una pérdida de tiempo, es una obligación pedagógica para el profesor de cualquier materia.

4- Objetivos colectivos: es muy complicado en cursos de bachillerato o a nivel Universitario tener en cuenta esto, pero no misión imposible. Si una nota grupal condiciona la individual la mayor parte se van a poner a trabajar. Como docentes no hay que olvidarse que los objetivos colectivos parten de la consecución de individuales. Yo siempre les digo a mis alumnos que enseño para todos, trabajo para que todos puedan conseguir su objetivo. La semana pasada propuse hacer un diccionario colaborativo en google drive con las palabras clave de los cuatro primeros temas de química. Cada equipo de alumnos hace las definiciones de las palabras clave de un tema. Hay dos notas: una de grupo y una de clase completa, de diccionario completo trabajado por todos los grupos y el valor es un 10%. Con estas condiciones y objetivos colectivos... ¿a quién no le interesa repasar y crear definiciones de química?.Si no les convence del todo basta con exponer la utilidad y el sentido de la tarea. ¿Habéis pensado que si está bien hecho tenéis un material para repasar los contenidos teóricos de la asignatura a final de curso?. La cuestión es que entiendan que la simbiosis (ganar-ganar) es lo que la selección natural ha propiciado en la naturaleza. Por algo será.

5- Confianza: Uno de los temas más complicados en la empresa pero también en el aula. En mi experiencia conseguir que los alumnos visiten tu despacho para comentarte todo lo que les atormenta y lo que necesitan de ti es complicado pero hay principios básicos para que los estudiantes confíen en tí. 
  • a) Sé tu mismo como docente desde el primer día (no hagas teatro, es de novato y se dan cuenta enseguida...), aunque nos les gustes al principio es más fácil que a largo plazo te acaben aceptando.
  • b) Cumple lo dicho. Esto es clave. Si dices que vas a hacer algo de una manera no lo cambies a no ser por casusa mayor.
  • c) Habla con tus alumnos, pregúntales y dialoga. Nosotros como docentes tenemos la última palabra pero si tienen posibilidad de participar en las decisiones confiarán en tí (fechas de exámenes, ritmo de contenidos....).
  • d) La más importante, no descuides interesarte por sus vidas personales. No les gusta que te metas en ellas pero sí que los tengas presentes. Si han estado enfermos y vuelven al aula  pregúntales cómo se encuentran, lo mismo en relación a sus familiares. Se trata de ser educado sin entrometerse.
6- Ofrecer feedback: Va en relación con la confianza. Es como la calidad aplicada al aula. El lenguaje verbal pueda engañarte pero el no verbal delata. Si quieres que tus alumnos saquen lo mejor de sí mismos y de la clase pregúntales qué les ha parecido una actividad que has diseñado. Esta es la parte más dura. No todos los profesores están preparados para escuchar críticas. Pero si los estudiantes las dicen con educación y tú las escuchas estarás potenciando su confianza. No pasa nada por diseñar una actividad ilusionante y que luego no tenga el éxito que esperabas. Recuerda que enseñas para otros y que son ellos los que tienen que recibir el máximo beneficio. Dialoga, dialoga y dialoga. Eso te llevará a la mejora continua y no caer en la mediocridad.

7- Mentoring. Una definición que me gusta es:el ofrecimiento de consejos, información o guía que hace una persona que tiene experiencia y habilidades en beneficio del desarrollo personal y profesional de otra persona. Si estás dando clase, utilizando TICs , siendo creativo, potenciando el talento pero no transmites consejos y experiencias vitales se pierde la esencia. Cada cierto tiempo habla a tus alumnos de la Universidad ( no de la tuya si no de la actual, infórmate si hace falta...), de tus primeras experiencias laborales, de la importancia de los idiomas, de consejos en la facultad para entrar en un departamento... Las personas jóvenes tienen que aprender por sí mismas, pero la información es poder, y tus alumnos te considerarán imprescindible si les nutres de riqueza personal y espiritual.

8- Crecimiento:La forma más adecuada de medir si estás consiguiendo lo mejor de tus alumnos, al igual que un líder con sus empleados es ver la evolución. Analizar si mejoran las notas, si se incrementa la madurez, si las preguntas que elaboran en el aula son más interesantes y si el ambiente de trabajo va a mejor son indicadores que puedes tener de referencia para ver si estás potenciando el talento de tus alumnos. Una recomendación: planifica el trabajo de tus alumnos en septiembre teniendo en cuenta las áreas de mejora del curso pasado, reflexiona en el ecuador y reajusta, finalmente mide y valora al final. Si es posible, con datos sobre la mesa.

Para finalizar una importante reflexión para los Colegios, institutos y cualquier Centro de formación. Todos queremos potenciar el talento pero también retenerlo. Es clave para una academia que sus alumnos no la abandonen  al poco tiempo de empezar ( a no ser qué el objetivo fuera aprobar una materia y ya se haya conseguido), que un instituto no pierda alumnos con el paso de los años y que la mayoría de sus alumnos sean mejores año tras año y estén satisfechos con crecimiento personal. Potenciar el talento es una manera de retener el talento, el alumno que se siente valorado y está motivado es difícil que abandone el barco para embarcarse en otro. ¿No crees?.

jueves, 21 de enero de 2016

Estilos de educación y aprendizaje. ¿Existe el mejor?

Os invito a leer esté artículo vinculado al siguiente enlace y posteriormente mi reflexión. Espero que os guste.

El colegio sin ordenadores ni pantallas donde estudian los hijos de los empleados de Silicon Valley

Después de varios años en el mundo formativo y educativo, leer este artículo no me sorprende tanto. Son muchos los métodos educativos altamente especializados  que han ido poniéndose de moda y a los cuales se ha ido incorporando los hijos de diversos perfiles familiares.



Suele ser habitual que como dice el refrán: "En casa del herrero cuchara de palo". Es por ello que no es de extrañar de padres que viven trabajando con la tecnología 24h al día conozcan sus beneficios pero también sus riesgos y que por ello tomen decisiones radicalmente opuestas a lo que ellos hacen cada día.

En este caso me atrevo a comentar que aquí hay dos cuestiones a reflexionar que pongo sobre la mesa y a las cuáles finalmente daré una opinión muy personal. 

  • La primera es la del uso de la tecnología en el aula y en el aprendizaje. ¿Cuándo empezar? ¿cómo hacerlo? ¿cuántas horas? ¿libros digitales? ¿de texto impreso? ¿es bueno o malo?, etc... y así podríamos seguir preguntándonos cosas que tienen una respuesta abierta y en la que según quién escriba nos dará una respuesta u otra.
  • La segunda es la de educar desde la disciplina, la tarea repetitiva, deberes intensos y objetivos o concretos o bien elegir la opción de la libertad en el niño, el disfrute a lo amable, el aprendizaje basado en el juego, la convivencia con los demás, el diálogo y todo desde un clima de no presión.

Si leemos la prensa y prestamos atención a los medios de comunicación parece que todo lo importante hoy en día es digital (marketing digital, móviles 4G, comercio electrónico, etc....) y al mismo tiempo los últimos estudios científicos en el área de neurociencia hacen hincapié en la importancia de dar pie a la creatividad e innovación en el aula y en las empresas, creando espacios que lleven a la relajación y sacar al máximo las inteligencias y múltiples virtudes de las personas.

De momento no digo ni que esté bien o mal lo anteriormente expuesto, solo digo que es lo que toca  ahora y lo que vende.Desde un coach, psicólogo, psicopedagogo, pediatra,psiquiatra, motivador, informático, consultor , y muchos más  que me dejo,  pueden dar un discurso de educación y aprendizaje hoy en día.

Vamos a ver: ¿Por qué no somos capaces de generar equilibrio? ¿No es combinable la lección magistral con el aprendizaje cooperativo? ¿tomar notas con tablets y con bolígrafo y papel para potenciar la memoria visual? ¿La tarea o ejercicio repetitivo con el aprendizaje basado en el juego? ¿ la inteligencia emocional y los valores con el fomento de la competitividad personal para superarse a sí mismo y prepararnos para el mundo laboral?.

Muchos de mis alumnos no van a trabajar en google, ni en empresas que tengan salas con sillones de colores donde echar la siesta y reposar para crear soluciones milagrosas a problemas, ni tendrán horario libre perfecto para compatibilizarlo con su vida familiar. Muchos de mis alumnos/as trabajarán muchísimas horas donde tengan que poner en práctica la fuerza de voluntad, donde tengan que tomar notas a mano en las reuniones (como toda la vida), donde tengan que acatar órdenes que no den pie al juego ni a la creatividad. Otros tendrán que preparar oposiciones con temarios densos y cerrados, ensayarán aburridos y tediosos exámenes tipo test para conseguir aprobar la oposición y pelear por ser los primeros, muy probablemente no harán el examen con el compañero de al lado  y tendrán que dar una respuesta basada exclusivamente en un proceso meramente memorístico.

Lo que quiero decir, para ir finalizando,  es que en un mundo tan complejo como el que vivimos no pongo en duda que los métodos de educación y formación especializados diferencien a las personas y puedan lograr sacar de ellas habilidades excepcionales. Si el camino recorrido por un alumno que haya desarrollado una "creatividad brutal" le permite poner en marcha estos procesos logrará ser una persona feliz y equilibrada pero el riesgo que corre es que por otra parte , el tener recursos y el saber adaptarse a todo tipo de situaciones también genera una potente ventaja competitiva en este mundo tan cambiante.

Cuantos más variados, exigentes, novedosos sean los procesos y experiencias de aprendizaje más capacidades o puertas abrimos hacia el exterior ( juegos, tablets, deberes, cuadernos, memorización...) en su justa medida todo lo anterior suma y los extremos generan un perfil tan especializado cuyo futuro genera un mar de dudas. Tan "malo" es un centro educativo que no manda ni trabaja con ningún libro de texto por decir que son incompletos y poco pedagógicos como aquel que solo cuenta con profesores que siguen los libros leyendo y subrayando al pie de la letra los textos con sus alumnos.

No seamos extremos, como bien me han dicho toda la vida mis padres y abuelos: "En el punto medio está el equilibrio hijo mío", y cada año que pasa pienso que tienen más razón.




domingo, 17 de enero de 2016

Y ahora ... ¿Qué debería estudiar?. Guía básica para toma de decisiones.

Esta reseña va dirigida a aquellos estudiantes que están haciendo dos difíciles cosas al mismo tiempo: la primera,  estudiar y prepararse de forma muy meticulosa para un presente y futuro inmediato; la segunda es que, al mismo tiempo que realizan la primera  comienzan a verse desbordados por una futura e inmediata decisión que tienen que tomar en breve: ¿qué voy a estudiar el año que viene? ¿y si me equivocó? ¿ y si no me entusiasma lo que elijo? ¿y si luego no tengo las suficientes oportunidades profesionales por el grado elegido?...



Por una parte podríamos pensar que es simple, ya que es algo que depende de lo que nuestra mente y corazón nos digan, pero por otra padres, profesores, medios de comunicación e influencia de compañeros hacen que se convierta en una de las decisiones más complicadas en la juventud temprana.

La razón principal por la que escribo este artículo es a raíz de que cada vez son más los alumnos que me piden una valoración y opinión que les ayude a tomar la decisión adecuada, eso como docente me encanta, pero además fue una pregunta en concreto la que me ha llevado dicha redacción. Sergio: Si volvieras a tener nuestra edad, sabiendo lo que sabes ahora, ¿volverías a estudiar lo mismo?.
Es una pregunta poderosísima ya que remueve tu interior completamente y la respuesta inmediata lamentablemente iba a ser un NO rotundo. Pero reflexionando mi respuesta, dándome unos segundos y pensando con la mayor "objetividad" posible lo que respondí fue un SÍ rotundo.

La experiencia que voy a contar es la mía y va asociada a una historia personal , por lo que es un dato más , una referencia sin más pero que puede ayudar a muchos a "acertar" con su decisión.

En mi época de estudiante durante el BUP y COU (de 3º de ESO a 2º de bachiller) me daba cuenta de varias cosas: me encantaban las asignaturas de ciencias (matemáticas, física, química y biología), no siempre obtenía buenas calificaciones pero me entretenían y motivaban. También prestaba mucha atención a los docentes que explicaban bien, no a los más creativos, ni divertidos, ni los que removían mi curiosidad sino aquellos que conseguían que entendiera la realidad , por lo que empecé a intuir que me gustaría convertirme en uno de esos profesores de ciencias de Colegio o Instituto. Un tercer factor era clave: mi pasión por comunicar, por transmitir información, por documentarme y por tener contacto con la gente joven, siempre sentía que en algún momento de mi vida querría volver al colegio, a mi colegio de toda la vida o a otro. 
Me sentía bien cuando explicaba cosas a los compañeros y cuando no entendía algo me rodeaba de los mejores para superarme, no para ser como ellos.

Cuando llegó el momento de decidir tenía claro que una carrera de ciencias, pero es verdad, que de las cuatro opciones la que más me entusiasmaba era biología, por que englobaba aspectos de todas y tenía un gran componente memorístico, cosa que a mi me hacía sentir seguro y cómodo.
Mis padres me dieron la oportunidad de estudiar la carrera deseada, y a pesar de que no era una carrera con muchísimas salidas profesionales dejaron que hiciera realidad mi sueño.Por sintetizar y no contar toda mi vida resumiré rápidamente los años siguientes: me encantó la carrera, me formé fuera de casa (lo que hizo madurar bastante), luché por hacer  realidad mi sueño de ser profesor ( y lo conseguí) y logré y he logrado  mantener la motivación viva en mi interior.

Ahora, después de varios años de experiencia, formación directiva, idiomas, de mi ámbito científico y experiencia laboral acumulada en un Centro educativo sí que es verdad que me han surgido nuevas inquietudes, y en algún momento me he planteado si el camino elegido y la tarea desarrollada es la correcta. La realidad que conoces nunca es como idea previa que había en tu mente,  la teoría universitaria, y el paso de los años hace que en tu vida haya factores que hagan que las prioridades puedan ir cambiando.
Es por ello, que dicha pregunta me desconcertó pero lo que si tengo claro, es que si volviera a tener 17 años otra vez volvería a elegir lo mismo, a hacer lo mismo, y por supuesto, nadie me aseguraría que el camino iba a ser el único o adecuado. Lo que sí que es cierto es que elegí no pensando en acertar, sólo elegí teniendo en cuenta los siguientes parámetros: lo que me gustaba y amaba por entonces, lo que podía (mentalmente y económicamente, por mis padres), lo que desarrollaba  o podría desarrollar parte de mis habilidades o puntos fuertes , en definitiva, lo que intuía que me podía hacer feliz.

Como una opinión no basta para ayudar a tomar una decisión, completo el artículo con un ligero libro que leí llamado "Iceberg a la vista", de Miguel A.Ariño y Pablo Maella. Con 9 sencillos y básicos consejos nos ayudan a tomar decisiones, los cito y los adapto sencillamente al contexto que comento.


  1. Preocúpate más por decidir bien más que por acertar. está claro que hay que ser estratégico pero no se puede hacer predicciones con 17 años de cómo va  a ser la sociedad dentro de 6-8 años, qué profesiones van a ser las más demandadas o mejor pagadas, etc. Elegir pensando en acertar en todo es un error, ya que no controlamos el entorno tan cambiante.
  2. Identifica claramente tus objetivos. tienes que sincerarte, ¿qué quieres con la elección?. Disponer de un abánico de posibilidades, trabajar en investigación, ganar dinero, trabajar en el exterior, buena reputación, emoción, seguridad...Haz una muy breve lista con tus tres mayores prioridades, eso te ayudará muchísimo.
  3. Plantea tus problemas de forma realista. Una cosa es lo que te gusta, lo que quieres, lo que más te motiva, etc. Otra muy clara es analizar el entorno, el contexto. ¿te apoya tu familia? ¿es viable? ¿puedes conseguir la calificación necesaria?. Sincerarse y conocer las limitaciones no es una carga, es una ayuda muy potente para acotar las posibilidades.
  4. No te autoengañes, es muy fácil hacerlo. No tomes decisiones por factores que no tengas claro. ejemplo: voy a estudiar empresariales, que tiene muchas salidas y aunque no me gusta mucho me acabaré motivando. En primer lugar, las salidas las buscan las personas con sus recursos, preocúpate de trabajarlos durante el grado Universitario y en segundo lugar,  las empresas seleccionan personas, con competencias y habilidades, siempre, siempre, siempre vas a tener que competir con otros por un hueco en la Universidad o por un puesto de trabajo.
  5. Reconoce la incertidumbre y gestiónala. Toda decisión hace que abras nuevas posibilidades y cierres puertas a otras opciones. Toda decisión tiene un futuro incierto, pero los nervios y ansiedad no pueden frenarte en la consecución de objetivos. Ejemplo: muchos estudiantes se están preguntando de forma constante si han elegido de forma adecuada en el bachiller o en la carrera, eso mismo frena su rendimiento más de lo que creen. Lucha y trabaja cuestionándote de vez en cuando, pero no a menudo.
  6. Se creativo y genera alternativas:  No te voy a engañar, ninguna decisión es perfecta. Si te das cuenta cuando has elegido un grado o carrera que tu opción es limitada abre el abanico. ejemplo: haz un segundo grado, trabaja en algún departamento de la Universidad para coger experiencia, realiza asignaturas de otros grados para completar tu formación, haz un máster de empresa si sientes que sólo con ciencias o humanidades  no tienes formación económica, etc. Tú vas elaborando un itinerario único.
  7. Ten en cuenta que tus decisiones tienen consecuencias: todas las decisiones tienen un efecto  colateral  que diseña nuestras vidas, tienes que saberlo.Cuando yo elegí estudiar fuera de casa perdí relación con amigos de mi ciudad pero es verdad que tengo amistades del resto de España que son maravillosas. Tienes que ser consciente que hay grados que llevan más carga teórica, otros más creativos y práctica, algunos tienen pocos alumnos y la relación profesor-alumno es muy familiar, algunos tienen entre más de 100 alumnos y son más impersonales...
  8. Lo que decidas ponlo en práctica. Una vez hayas entrado en el grado , carrera o formación profesional elegida tienes que aprovechar al máximo los recursos que te brindan dentro. Si hay posibilidad de hacer prácticas muy pronto  y te gusta la empresa, práctica cuanto antes, si hay posibilidad de ir a seminarios o trabajar en departamentos y te gusta investigar elige esa opción, si puedes formar parte de la toma de decisiones y te gusta el trato con la gente forma parte de algún grupo activo (ejemplo: Trabajo medioambiental en la Universidad), elige las asignaturas más atractivas, etc.
  9. Sé consciente de que todo no es racionalidad. Los nueve puntos anteriores no son únicos, ni perfectos, solo son una ayuda, un apoyo, un acompañamiento. Desde mi punto de vista pienso que hay que elegir con criterios lo más objetivos posibles y con cabeza, pero si el corazón, intuición y deseo interior no acompañan deberías de hacer otros planteamientos. 
Para concluir ten en cuenta una cosa, nada de lo que hagas es irremediabe o irreparable, esta decisión que vas a tomar en breve es muy importante pero no determinante. Hace poco más de 20 años había pocos grados a elegir y la trayectoria profesional de las personas era bastante lineal y ascendente si hacían las cosas bien, pero también es verdad que aunque no convivían con vuestra/nuestra incertidumbre actual había pocas posibilidades de salirse de la línea pre-trazada. No dudes que si por lo que sea no has acertado siempre estás a tiempo de cambiar y que, a veces,  gracias a una decisión no tan a acertada descubres algo que te entusiasma. Ahí está lo bonito de la vida. ¡Ánimo!