Llevo más de doce años en esta profesión y
evidentemente, aunque me siento joven y con mucho que aprender de otros, tengo
ya claras algunas cosas, sobre todo porque la sociedad, a pesar de evolucionar
en algunos aspectos, en otros sigue siendo tal y como era antaño.
Hoy en día, por suerte o desgracia, la
educación está de moda. Que algo esté de moda es positivo, porque por una
parte, permite llevar a la reflexión algunas prácticas que podrían estar
anticuadas y además, las opiniones de todos son válidas y a partir de ellas
siempre se puede llegar a conclusiones más fiables.
Uno de los problemas que tienen las modas,
es el hecho de que todas quieren llegar al consumidor, y por tanto, lo que al
final pretenden es vender un producto, analizar si es bueno, malo o regular es
otra cuestión, pero lo que es obvio es que al final, de la tarta todos quieren
sacar partido tomando con o sin permiso su ración de pastel.
En el siguiente artículo no pretendo
montar o desmontar nada, solo pretendo llevar a la reflexión algunos aspectos
que actualmente estamos escuchando todos, docentes, familias, alumnos y por
supuesto, el resto de la sociedad. Nombraré algunas de las ideas que forman
parte de nuestro entorno actualmente, en conferencias educativas, medios de
comunicación o libros procedentes del mundo de la empresa y
"adaptados" al ámbito educativo.
Cada uno, a partir de ahí, que piense lo
que quiera. Finalmente, haré una breve conclusión aportando mi experiencia
personal.
1º "La escuela debería ser un lugar
donde se aprendan y pongan en práctica conocimientos útiles para el día a
día".
Uno de los mayores debates que llevo escuchando
tiempo es qué conocimientos, asignaturas y competencias son las adecuadas
para una correcta formación del alumnado. Si le preguntamos a un cocinero nos
dirá que cocinar es importante y que podría ser una asignatura, lo mismo hará
un jardinero, un físico, un químico, un escultor, un licenciado en INEF, etc.
Todo podría formar parte del saber de un alumno. En mi caso pienso que,
todos los saberes son igual de prescindibles que imprescindibles, pero la
cuestión es: ¿qué saberes prácticos
podemos aprender fuera de la escuela de una forma experiencial y acompañados de
los demás, familia, amigos y sociedad? y ¿qué saberes son técnicos ,
ilustrados, profundos y generadores de verdadero espíritu crítico que
deberíamos aprender realmente en la escuela? A mi muchos de los conocimientos
útiles del día a día los aprendí fuera del colegio, en la calle, en la montaña,
en campamentos, con mis padres y abuelos, en la plaza del pueblo ...
2º "Hay que preparar a los alumnos a
lo que verdaderamente están demandando las empresas del siglo XXI".
¿Y qué demandan las empresas del siglo
XXI?, conocimientos en economía, trabajo en equipo, idiomas, inteligencia
emocional, creatividad, coaching, desarrollo personal, gestión de tiempo,
resiliencia, etc... Podríamos seguir la eterna lista y me preguntó: ¿si
tenemos que enseñar todas esas cosas, dónde queda el conocimiento o saber
ilustrado que pueda trasmitir el profesor al alumno¿ ¿dónde queda la
puntualidad, la organización personal, el esfuerzo, la constancia, el estudio?
y todas esas cosas, que han llevado a muchos de nuestros empresarios y
científicos más exitosos a llegar donde están hoy en día.
No dudo de que lo primero hay que tenerlo
también en el punto de mira, es decir,
no perder de vista nunca el mundo donde vivimos, pero la escuela, en nuestra
primera etapa de nuestras vidas, nos puede aportar algo único que a posteriori,
sí que es más difícil por uno mismo de adquirir a partir de cierta edad.
3º "Hoy el profesor debe ser un
mediador y el alumno es el verdadero protagonista del proceso de
aprendizaje".
No pongo en duda de que la información, el
conocimiento y el saber tiene tendencia al infinito (ejemplo: BigData) , ningún
docente por muy preparado que esté podrá transmitir por medio de una lección
magistral todo el saber que está disponible en internet o en las bibliotecas
con textos de papel.
Hay que enseñar a los alumnos a
seleccionar, buscar información, hacerles sentir partícipes de su proceso de
aprendizaje, por supuesto, pero a mi juicio, nada es más enriquecedor que
alguien, que sabe más que tú a nivel global de una temática, que criba,
selecciona la información y prepara una clase para ti con toda la
profesionalidad del mundo.
Eso tiene un valor infinito, porque esa
clase bien dada, puede ser catalizadora de unas ganas increíbles, mediante las
cuales un alumno desarrolle una vocación académica o profesional. Tener buenos
docentes que preparan, saben y comunican, siguen estudiando y leyendo bien, es
garantía de adquisición de un saber culto, que muy pocos textos en la red nos
van a dar.
El docente tiene que generar en el alumno
ganas y ganas de incrementar su conocimiento intelectual, porque del
conocimiento, del trabajo personal y profundización surge el espíritu
crítico y no al revés.
4º "Hoy el aprendizaje es gamificado,
divertido, creativo y motivador para los alumnos".
Tratar de que todo lo que se genera en el
aula sea agradable, motivador y creativo es un sueño utópico al que todos los
docentes deberíamos de aspirar.
Me pregunto: ¿a todos los alumnos les
motiva lo mismo?, ¿a todos les gusta aprender de la misma manera?, ¿aprendemos
los adultos y trabajamos siempre jugando? ¿es divertido, motivador y creativo
todo lo que se realiza en cada una de las profesiones que existen en el planeta
tierra?.
Si le preguntáramos a Rafa Nadal o cualquier deportista que ha
alcanzado el éxito, si cuando pega 1000 veces es mismo golpe de revés para
perfeccionarlo acaba siendo divertido, ¿qué crees que nos contestaría?
Para ir finalizando, gracias a Dios todo
evoluciona, cambia, progresa y permite que actualmente, podamos hacer cosas en
el aula que hace años eran muy complicadas, pero no olvidemos lo siguiente:
generar un entorno "burbuja" donde nuestros alumnos e hijos piensen
que todo o casi todo es favorable, se acompañe de ocio y creatividad puede
generar un efecto contrario: dejar en segundo lugar valores clásicos , que a mi
modo de ver siguen siendo más necesarios que nunca y en segundo lugar, hacer
creer, sin quererlo, a nuestros alumnos e hijos que la sociedad y sus
profesiones gozarán de todas esas características. Por lo tanto, recomiendo
avanzar y adaptarse al presente y futuro inmediato, pero no olvidar aspectos
imprescindibles de aula aunque formen parte de un pasado no tan lejano.
En el siguiente artículo adjunto se
profundiza más en este fenómeno, recomiendo su lectura para una posterior
reflexión personal.